la frase del mes

"La física es como el sexo. Seguro que tiene una utilidad práctica, pero no es por eso que lo hacemos" Richard Feynman

El frío metal.

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Todos conocemos la expresión "tan frío como el metal" y es que a pesar de estar en la misma habitación los metales parecen estar más fríos que el resto de cosas.

El intercambio de calor es un proceso natural de equilibrio en el que, recordemos, siempre se produce del cuerpo con más temperatura al que tiene menos. Se lleva a cambio mediante tres mecanismos distintos: conducción, convección y radiación.

Hablamos de conducción, cuando el flujo de calor es a través de la masa del propio cuerpo, sin que haya movimiento de materia. La facilidad con el se produce depende de lo buen conductor que sea el material. En la mayoría de los casos los que son buenos conductores de electricidad son también de calor.

Empezamos entonces a descubrir la explicación de por qué al tocar un metal parece que esté más frío que el resto de cosas, nuestra temperatura es superior a la de la habitación y en contacto con el metal se produce un flujo de calor nuestra mano a la superficie metálica. Dado que es muy buen conductor, el calor "viaja" fácilmente y el enfriamiento de nuestra mano es más rápido que si por ejemplo tocáramos algo de madera. Por esta razón, a pesar de que en la habitación se encontraba todo a la misma temperatura, nuestra sensación térmica al comparar los dos materiales no ha sido esa.

Este truco lo aprovechan los que caminan sobre las brasas ya que las cenizas son mal conductoras y no llegan a abrasarse los pies puesto que el contacto no es prolongado. Nunca veréis a uno de éstos caminando sobre una sartén gigante encima de las brasas.

Suerte que leo Deliquios.

En futuros posts nos centraremos en el resto de mecanismos de transmisión de calor respondiendo por ejemplo a por qué el frío en la costa es más insoportable que en el interior.

2 comentarios:

Von Snuff dijo...

¿Es, oh sabio Fran, lo mismo que caminar por la arena?

Fran dijo...

Bueno, si fuera arena de esta que lleva toda la mañana al sol y que hace correr a los guiris podría parecerse.

En esto influyen dos aspectos el físico y el psicológico.

Las cenizas aparte de ser malas conductoras poseen además baja capacidad calorífica, es decir, almacenan poco calor.

Si pisas directamente la brasa al rojo vivo te quemas pero la idea no es pisar ésta si no la superficie o ceniza que no se está quemando. De todas si estuvieras un rato sin moverte al final te quemarías.

Sobre el factor psicológico ni idea, hay gente que soporta más el dolor, eso sí de las ampollas no te libras.