la frase del mes

"La física es como el sexo. Seguro que tiene una utilidad práctica, pero no es por eso que lo hacemos" Richard Feynman

Bosque denso

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¿Es el universo eterno? ¿Carece de un principio y de un final? No pocos pensadores han extraviado la mirada en las profundidades de la noche esperando dar con una respuesta que centelleaba ante sus narices; pues, quizá sin saberlo, miraban precisamente hacia donde tenían que mirar, el cielo nocturno.
De tan común y manida, la afirmación "el cielo está estrellado" no nos sugiere nada; sin embargo, si reflexionamos un poco sobre ella, nos percataremos de la importancia que tiene para nuestra concepción del universo. ¿Qué es un cielo estrellado? Estrellas y más estrellas sobre un fondo oscuro, casi como en las fotos del espacio. La discernibilidad de los cuerpos celestes resulta a priori incompatible con la infinitud del universo* o, si se prefiere, con su inmensidad inabarcable. Expliquémonos.
Imagínate perdido en medio de un bosque denso del que no atisbas las lindes: miras a tu alrededor y no ves sino árboles y árboles. Está tan poblado y es tan grande, que en cualquier dirección acabas viendo el tronco de un árbol. Si no son los más cercanos, son los que crecen detrás, si no éstos, los de detrás, y si no, los más alejados... en definitiva, los huecos que en primera línea dejan entre sí los árboles los ocupan visualmente los de la segunda, tercera, cuarta... líneas. En un bosque infinito o, si se prefiere, en un bosque lo suficientemente inmenso, uno sólo ve árboles.



Con el universo sucede algo muy similar, sólo que en lugar de árboles hay estrellas y que las direcciones espaciales en las que podemos mirar son, sencillamente, todas. Si aceptamos que el universo es infinito, o si se quiere inmenso, miráramos en la dirección en la que miráramos deberíamos ver una estrella. Aunque las distancias interestelares sean enormes, visualmente no quedarían huecos entre ellas. Así como los árboles en el ejemplo del bosque, estrellas más alejadas ocuparían los vacíos dejados por las más cercanas. El resultado final sería un tupido manto de estrellas, continuo, sin manchas de fondo oscuro. Las estrellas como tal se harían indiscernibles.


Argüir en contra que el espacio pueda estar desigualmente poblado es disparar contra uno de los principios más asentados de nuestra concepción del universo y las leyes que lo gobiernan: su homogeneidad e isotropía (las características de dos regiones diferentes del espacio son iguales y las características del espacio son equivalentes en cualquier dirección espacial).


Así pues, ¿cuál es el motivo por el cual no observamos la continuidad estelar descrita?. Una de las respuestas ofrecidas en el pasado se refería a la posibilidad de que nebulosas oscuras -literalmente, nubarrones de materia- ocultaran las estrellas, como cuando una nube tapa el sol. Esto es algo que realmente sucede, PERO si las nebulosas hubiesen estado recibiendo eternamente la radiación estelar que se supone ocultan, ahora mismo irradiarían tanto como aquéllas y el problema no se vería resuelto. La respuesta a la discernibilidad de las estrellas es que el universo no es eterno. ¿Hay estrellas en todas las direcciones del universo de modo que, si las viéramos, lo cubrirían todo? Sin duda ¿Por qué no las vemos? Porque su luz todavía no nos ha llegado**, y si su luz todavía no nos ha llegado es porque no ha dispuesto del tiempo suficiente para hacerlo, un tiempo que -aunque sea por exceso- sólo es capaz de proporcionar la eternidad.


La solución aquí expuesta a lo que se ha dado en llamar La Paradoja de Olbers o del cielo nocturno es la más tradicional y de seguro se pueden encontrar en la bibliografía muchas más propuestas si no ciertas, al menos interesantes, para la resolución de un problema sobre el que no sólo han reflexionado científicos, sino también filósofos como Kant o escritores como Edgar Allan Poe.






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*aunque sobre esto también se podría discutir, aquí aceptaremos que el universo es espacialmente infinito. A efectos prácticos, el razonamiento no se ve afectado.

**como todos sabemos, la luz también se mueve a una cierta velocidad, c, y le lleva tiempo recorrer un espacio. A escala terrestre esto sólo se puede detectar mediante aparatos muy sofisticados, pero a escala universal a la luz le puede llevar millones de años ir de un sitio a otro. De hecho, la imagen que observamos de las estrellas cuando observamos el cielo nocturno es una imagen del pasado de cada una de ellas por este mismo motivo; es posible que incluso algunas de las que vemos ya ni existan.

3 comentarios:

Fran dijo...

Interesante teoría y perfecta explicación la del bosque,la verdad es que se escapa de mi imaginación hablar de tales dimensiones.

¿Llegaremos alguna vez a saberlo?

Anónimo dijo...

"...si las nebulosas hubiesen estado recibiendo eternamente la radiación estelar que se supone ocultan, ahora mismo irradiarían tanto como aquéllas y el problema no se vería resuelto".

Encuentro que es una afirmación algo arriesgada el afirmar que solo las nebulosas podrían ocultar esta luz, teniendo en cuenta que aún desconocemos un montón de cosas sobre el universo (por poner solo un ejemplo claro, la llamada "materia oscura").

Anónimo dijo...

¿Arriesgado? ¡Arriesgadísimo! Pero ten en cuenta que es un afirmación realizada EN EL PASADO la de responsabilizar a las nebulosas oscuras de dicho ocultamiento, cuando mucho menos se sabía del universo y por supuesto de materia oscura. Así que no podían imaginar muchos más motivos por los que la luz se viera obstaculizada. Un saludo y gracias por visitarnos.